domingo, 26 de abril de 2015

El Mirlo Inquieto: Ep. I Rescate en Tovarskl



EPISODIO I: RESCATE EN TOVARSKL

Mientras el Imperio se afana por mantener su férreo control sobre la galaxia en plena guerra civil, los fronterizos del borde exterior, una turbulenta zona llena de oportunidades para granujas, contrabandistas, exploradores y exiliados, se ganan la vida como pueden.

Las fuerzas imperiales han recibido un cargamento de prisioneros en una base avanzada del desierto de Bakara, en TOVARSKL. Los captores desconocen el verdadero valor de sus prisioneros y estos se encuentran en una zona de mínima seguridad con delincuentes de poca monta.

Dijktra y Geyyevge, miembros del MIRLO INQUIETO, han sido contactados por un miembro de la Alianza rebelde solicitando ayuda. Al entrar en una cantina de uno de los suburbios, ambos contrabandistas se disponen a negociar las condiciones del trabajo...




Siguiendo el sendero de estrechas callejuelas, dejan atrás el rocoso y polvoriento suelo de los suburbios de Sintonakl una vez se adentran en el oscuro y sucio Gamorreano Borracho. Taburetes y mesas asientan a fronterizos y criminales de baja ralea. Tras escrutar el heterogéneo local, Dijktra y Geyyevge localizan a un rodiano y un humano fingiendo beber. Los identifican como hombres de Aisha. Se sientan en un reservado con ella quien afirma ser un miembro de la alianza rebelde que necesita sacar a su compañero Leucos Albinus, un agente del Servicio de Inteligencia de la Alianza, acusado de un delito menor. Dijktra lleva las negociaciones muy pendiente de la recompensa, una vez acordado un trato se disponen a organizar la fuga del prisionero en menos de 48 horas, tiempo tras el cual desplazaran a los reos a un transporte imperial siendo imposible su rescate.


Planean una entrada en la base imperial centrada en seducir a la Gobernadora imperial Kylash, pues es famosa por sus excesos con wookies. Dejando la salida en manos de un posible soborno a los suministradores de la corporación Tenloss, quienes tienen acceso a los hangares de la base. Dijktra se encarga de contactar con Renner, un Twi-lek de aspecto impoluto que contrasta con el desorden del taller que dirige. Entre la basura y chatarra espacial Dijktra repara su atención en una joven bothan que demuestra una destreza comparable a su ensimismamiento mientras rebusca entre las piezas y las coloca en un carrito deslizador. Hablando con Renner le queda claro que tras su fachada de charlatán desea ayudarles debido a algún profundo resentimiento que le guarda al Imperio, así, decide que apuntará a los dos como pilotos de su escudería de aerodeslizadores y si logran ganar la carrera, además de llevarse el 45% del premio, subirán al palco privado de la gobernadora donde Geyyevge tendría una oportunidad de seducirla o llamar su atención.


Dijktra intentó que Renner se desprendiera de Nine, la joven mecánica bothan, pero Renner no está dispuesto a dejar marchar el talento que la chica le ha puesto a sus modificaciones y reparaciones. Aunque bien parece que Renner no está especialmente interesado en hacerse rico con el negocio de su taller gracias a ella. No obstante, Dijktra, mantiene una conversación con Nine que despierta cierto interés en ella.

Geyyevge acudió a ver a otro Twi´lek, un tal Jester que además de ser el jefe del sector de la corporación Tenloss es realmente el encargado de la zona del Sindicato del crimen homónimo. El encuentro tuvo lugar en una nave fábrica, en una zona industrial a las afueras de la ciudad, con muchas plataformas de carga para aerodeslizadores, y una extraña maquinaria de complejo funcionamiento con apariencia antigua y descuidada. En un principio se muestra amable y escueto pero una vez comienzan las negociaciones deja ver su codicia. Geyyevge acuerda a cambio de 5000 créditos, de los que adelanta 2000, que la corporación recogerá un paquete de la base que marcaran desde dentro Dijktra y Geyyevge.


Doce horas después del contacto con Aisha, tiene lugar la carrera. Previamente Dijktra obtiene una lista de los pilotos rivales y piratea una cuenta de uno de ellos asociada a un bar, creándole una deuda al tiempo que se hace con una frecuencia de una escudería. El circuito es largo y diferenciado en 5 zonas, comprueban que no es para principiantes y aunque ellos no son pilotos profesionales confían en los arreglos de Nine y un posible milagro. Una vez comienza la carrera, a una única vuelta, van atravesando la rampa de lanzamiento, una amplia llanura rocosa de suelo arenoso, una cueva subterránea con angostos túneles seguida de un desfiladero estrecho para acabar discurriendo por un llano plagado de pozos de brea ardiente. La carrera fue accidentada y sólo acabó la carrera el trandoshano Mwok-tu, un experimentado y consagrado piloto.

Finalizada la carrera, se truncaron sus planes para acceder al palco custodiado por guardaespaldas y soldados de asalto. Debían llamar la atención del balcón circular donde la gobernadora Kylash estaba rodeada de un grupo de aduladores revoloteando a su alrededor. Así, Dijktra logra enfurecer al equipo del rodiano Crebaln pero Geyyevge se interpone y comienza una trifulca que busca llamar la atención de la gobernadora. Lejos de atraer su atención, son rápidamente detenidos por alteración del orden.


Desde el transporte en el que son enviados a la base imperial logran oír un TIE sobrevolando la zona poco antes de entrar en el ascensor del hangar, desde el que son llevados al bloque prisión. Se percatan de que las patrullas son de parejas de soldados. Una vez en las celdas, Dijktra desarticula un panel que le permite acceder a derivar la energía de la puerta quedando esta abierta. Rápidamente se dirige a la consola de la puerta desde la que se asegura que no salten alarmas por el desvío de energía, ubica a varios guardias y sus tiempos de rondas, y abre la celda de Albinus. Cuando se presenta Dijktra y le habla de Ashia Albinus se muestra contrariado y enfadado con la mujer, y les cuenta que él se dejó capturar con otros dos compañeros como parte de un plan para destruir un cargamento y hacerse con unos planos. Por ello simuló ser contrabandista dejando que apresaran su nave donde un droide de mantenimiento B-4 escondido en su carguero, está programado para llegar a la armería y hacer explosión dos minutos después de liberarle. Pero los planes se han precipitado con las acciones de los rescatadores de Albinus, deben apresurarse antes de que el sistema central de la base se percate de las anomalías energéticas o de que los guardias hagan apto de presencia.

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